La realización de grandes esfuerzos se considera la antesala, en la mayor parte de las ocasiones, de un indiscutible triunfo a la hora de conseguir cualquier propósito en la vida. Pero el desenlace de un reciente estudio ha dejado entrever, sin embargo, que esta afirmación no es totalmente acertada: pues hacer un gran esfuerzo para aprender una lengua no siempre ejerce un efecto provechoso sino que, a la hora de aprender determinados aspectos, podría resultar perjudicial.
La elaboración de esta investigación, que ha corrido a cargo de un grupo constituido por diversos psicólogos y neurocientíficos de la Universidad de California (EE. UU.), de la Universidad Stanford (EE. UU.), de la Universidad British Columbia (Canadá) y del conocido Massachusetts Institute of Technology (MIT), ha procurado desvelar si el hecho de realizar esfuerzos demasiado insistentes puede acabar siendo favorable o desfavorable para lograr el éxito en el aprendizaje de idiomas.
Así los encargados de esta experimentación procedieron a inventar una suma de nueve palabras, formadas por dos sílabas y carentes de ningún sentido, que fueron distribuidas en tres categorías diferentes: la A, la B y la C. Después los participantes del estudio, que fueron distribuidos en dos grupos, percibieron los vocablos durante diez minutos rodeados por circunstancias distintas: los integrantes del primer grupo debían escucharlos mientras completaban un puzzle o coloreaban un dibujo y los del otro grupo, sin embargo, debían tratar de identificar lo que estaban oyendo.
Finalmente los integrantes de ambos grupos fueron capaces de segmentar las palabras aunque, a la hora de reconocer la morfología del lenguaje, los individuos que prestaron mayor atención obtuvieron peores resultados respecto a los que habían escuchado mientras desarrollaban otra actividad: intentar aprender con esfuerzos repetitivos aspectos morfológicos de la lengua puede no generar efectos positivos a pesar de que este método sí sea eficaz para otras áreas del idioma.
Redactora: Esmeralda Collado